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La terapia psicológica online como alternativa a la terapia presencial

La entrada de Internet en nuestra  vida cotidiana ha ampliado la posibilidad de acceder a productos y servicios que hace apenas unos años eran impensables. Día a día la oferta crece y cada vez más adquirimos servicios por Internet de una manera cómoda y segura. Atrás ha quedado la desconfianza que en un primer momento nos suponía el contratar por ordenador sin conocer la procedencia de nuestro interlocutor gracias a las medidas de seguridad que se han ido desarrollando.

La atención sanitaria ya está adaptándose también a ese nuevo tipo de usuario, el llamado paciente 2.0, y hoy en día podemos encontrar mucha información útil a través de las redes sociales, blogs y webs de profesionales sanitarios, o aplicaciones útiles tanto de apoyo al cuidado de la salud como de apoyo a pacientes que sufren determinadas patologías. Entre la oferta de servicios, se incluye ya la terapia online.

¿Qué ventaja representa la terapia online frente a la terapia presencial?

La terapia online no viene a sustituir a la terapia presencial, pero es una buena alternativa en muchos casos y complementa además la oferta de servicios encaminados al apoyo de los/as pacientes.

terapia onlineLa elección de la terapia online es útil cuando existe imposibilidad de acudir a consulta por impedimento físico, lejanía (no existen un centro psicológico especialista cercano), impedimento psicológico (en caso de trastornos como la fobia social, agorafobia, etc.), o simplemente cuando el paciente prefiere recibir la atención cómodamente desde su domicilio sin estar sujeto al horario estricto de atención que nos impone la terapia presencial.

Otra de las ventajas de la terapia online es la posibilidad de hacer un mejor seguimiento del paciente, ya que éste puede acudir a su terapeuta con más facilidad y rapidez en casos complicados o cuando se encuentra desplazado por estudios, trabajo o vacaciones.

Cada vez son más los/as pacientes que optan por la terapia online cuando, viviendo en un país extranjero, desean ser atendidos por un profesional de su país de origen, salvando así la dificultad que podría suponer la diferencia cultural para entender y atender la necesidad que el/la paciente plantea; o cuando desean ser atendidos por un profesional concreto que facilita este servicio.

Además de ofrecer una mayor flexibilidad de horarios y posibilitar una mayor frecuencia de consulta, la terapia online facilita la discreción al no ser necesario el desplazamiento a consulta, siempre bajo de la seguridad de que el profesional que ejerce este tipo de terapia se encuentra, al igual que en el caso de la terapia presencial, sometido al Código Deontológico que garantiza la confidencialidad y el secreto profesional.

¿Es más complicado conseguir la alianza terapéutica entre terapeuta y paciente trabajando online?

Como en toda relación personal, la alianza terapéutica no depende del medio que se utilice para la comunicación, sino de la disposición de las personas implicadas.

 Un/a psicólogo/a con la formación profesional suficiente en su especialidad, tendrá el mismo nivel de implicación y capacidad de acompañar a su paciente independientemente de que la terapia se realice de modo presencial u online.

¿Qué problemas pueden ser tratados a través de la terapia online?

Salvo excepciones de trastornos muy graves como trastornos de personalidad severos o aquellos que con riesgo muy alto de suicidio, no existe una limitación real de cara a tratar todo tipo de psicopatologías: trastornos del estado de ánimo (depresión, problemas de autoestima, distimia, etc.), trastornos de ansiedad (TAG, fobia social, obsesiones, TEPT, etc.), trastornos de conducta alimentaria (Anorexia, Bulimia, Trastorno por atracón, eterapia online2tc.), adicciones (alcoholismo, tabaquismo, etc.), trastornos sexuales (vaginismo, eyaculación precoz, dispareunia, problemas de erección, etc.), problemas de pareja (incomunicación, resolución de problemas, celos, etc.) u otros trastornos como los relacionados con el sueño (insomnio, etc.), tics, ….

Una vez instaurada la alianza terapéutica, no hay diferencia entre uno u otro tipo de terapia. Son dos maneras diferentes de llegar a un mismo fin, la mejora del estado de salud psicológica y emocional del/la paciente.

Patricia Boldú de Luelmo

https://www.buelpsicologia.es/index.php/terapia-online

 

DESCUBRIENDO LA ORTOREXIA

Todos hemos oído hablar alguna vez de Ana y Mía, como las consideradas diosas o princesas por las jóvenes que padecen Trastornos de la Conducta Alimentaria. Ana responde a la perfección buscada por la Anorexia y Mía a la buscada por la Bulimia. Su culto prolifera a pasos agigantados en Internet a través de webs y blogs que son visitados diariamente por aquellas personas que padecen estos trastornos, siendo en un 95% público adolescente. A estos dos personajes se ha unido Alisa, que es la considerada diosa por las personas afectadas por la Ortorexia (Ali: Alimentación; Sa: Saludable).

La ortorexia nerviosa, tal y como originariamente se definió, indica una obsesión enfermiza por el consumo de alimentosmanzanas saludables. El término se deriva del griego orto, que significa “derecho” o “correcta”. Aunque podríamos pensar que el consumo de alimentos saludables entra dentro de lo “deseable”, el problema viene dado por la palabra “obsesión”. El /la paciente con ortorexia consume su vida en la planificación de una “Dieta Saludable” (siempre “autoimpuesta” y por tanto no carente de déficits nutricionales), que le ocupa el 100% de su tiempo. La vida de un/una paciente que padece ortorexia gira en torno a la planificación obsesiva de la ingesta de una alimentación “saludable”, por lo que tiende a aislarse socialmente.

En el trascurso de la enfermedad, el/la paciente pierde la capacidad de comer intuitivamente: la incapacidad para comer de forma natural, de reconocer el hambre y de saber cuando están saciados.

La autoestima de los/as pacientes que padece ortorexia queda a la merced de la elección de “alimentos saludables”, siendo cualquier error que se cometa en la elección de los mismos motivo de sentimientos de culpa, recurriendo entonces a procesos bulímicos de liberación (purgas y vómitos) para volver acto seguido a la dieta saludable.

La ortorexia comparte con la anorexia la rigidez en el control de su dieta y, con la bulimia, la tendencia a la purga tras el consumo de alimentos “no saludables”, pero es más fácil de detectar dado que, a diferencia de la anorexia y la bulimia, los/as afectados/as son muy abiertos/as a la hora de expresar sus costumbres alimentarias, se enorgullecen de la percepción de sus opciones saludables y no se abstienen de decirlo a los demás. De hecho, tienden a menospreciar a los demás que no siguen este tipo de estrictas reglas dietéticas.

Aunque nos se encuentra aún catalogada como trastorno en el DSM (no aparece en el nuevo Manual DSM-V), ni en el CIE-10, podría incluirse al igual que la vigorexia (trastorno en el cual una persona sufre una constantemente preocupación por parecer demasiado pequeña y débil, tendiendo al abuso del ejercicio físico y los esteroides), como TCANE (Trastornos de la Conducta Alimentaria no especificados).

Patricia Boldú de Luelmo
Psicóloga especializada en TCAs

Ver también en:

http://expertoentrastornosdelaalimentacion.com/blog/2014/05/26/descubriendo-la-ortorexia/

PREGOREXIA: UN TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA CASI DESCONOCIDO

Los trastornos de la conducta alimentaria más comunes son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa (más conocidas como “anorexia” y “bulimia”). Pero existen otros trastornos relacionados con la alimentación que, no estando aún categorizados en los manuales DSM-V y CIE-10, comienzan a aparecer entre la población, como la vigorexia, la ortorexia o la pregorexia. Vamos a detenernos hoy en esta última. ¿Qué es la pregorexia?

La palabra pregorexia deriva de la combinación de los términos “pregnancy” (embarazo en inglés) y anorexia, haciendo referencia a un trastorno que aparece cuando la mujer intenta bajar peso y mantenerse delgada durante la gestación, lo que implica una ingesta alimentaria por debajo de los niveles calóricos y nutricionales saludables necesarios y correspondientes al embarazo. Las mujeres que padecen este trastorno se preocupan de forma exagerada por su figura, además de no querer y tener miedo a aumentar mucho de peso durante el embarazo, por lo que restringen su ingesta calórica, pudiendo inducirse vómitos y aumentando su actividad física, para eliminar las pocas calorías que ingieren. Como consecuencia de esta restricción alimentaria se produce la malnutrición y el descenso o no aumento del peso deseable durante el periodo de gestación.Se trata de una palabra inicialmente acuñada en 2008 por los medios de comunicación norteamericanos, también llamada comúnmente “anorexia del embarazo”, para describir un concepto y un conjunto de síntomas nuevos englobados dentro de una patología ya existente, la anorexia.Los casos de pregorexia han sufrido un fuerte aumento en gran medida a causa de la presión social sobre los patrones debarriguita belleza y a la proliferación de imágenes de embarazadas famosas que se mantienen delgadas durante los nueve meses de gestación, regresando a su figura esbelta rápidamente tras el parto. El embarazo es un momento crítico y muy propenso a desarrollar trastornos alimentarios (tanto en exceso como en defecto), más aún si se trata de embarazos adolescentes.Los peligros a los que se enfrentan tanto la madre como el propio proceso de embarazo son muchos. Algunas de las problemáticas que pueden aparecer son un grave riesgo de desnutrición, acompañado de anemias, descalcificación ósea, pérdida excesiva de cabello, baja producción de leche materna, alteraciones hormonales, piel seca, agrietada y deshidratada, problemas digestivos y cardiovasculares, restricción en el crecimiento intrauterino, disminución del líquido amniótico, parto prematuro o bajo peso al nacer, y, en casos extremos, causar la muerte de la madre o el aborto espontáneo.Pero los problemas no se dan sólo durante el embarazo, ya que las mujeres que padecen pregorexia tienen problemas para crear vínculos afectivos y por tanto, pueden tener dificultades para generarlos con el/la hijo/a durante el periodo de lactancia.Aunque la pregorexia puede desarrollarse en los primeros estadios del embarazo en mujeres sin desarrollo de un desorden alimentario previo, se considera que también puede extenderse a mujeres con historias previas de trastornos de la conducta alimentaria (especialmente anorexia), que quedan embarazadas durante un periodo de recuperación tras haber sufrido amenorrea (falta de menstruación), ya que puede tener ciclos irregulares que complican la eficacia, en su caso, de los anticonceptivos, pudiendo producirse el embarazo cuando la paciente es todavía muy vulnerable.El papel de la familia es fundamental en la detección de síntomas del trastorno dada la baja conciencia de enfermedad que tienen las mujeres que lo sufren, teniendo como señales de alerta la reducción del consumo de alimentos, el rechazo al propio cuerpo y al embarazo, el ejercicio excesivo, la obsesión con el peso y el bajo peso durante el embarazo. El apoyo emocional y la comprensión del entorno, así como la intervención psicológica especializada son fundamentales para superar con éxito estas problemáticas.

Patricia Boldú de Luelmo

véase también en: 
http://expertoentrastornosdelaalimentacion.com/blog/2014/06/10/pregorexia-un-trastorno-de-la-conducta-alimentaria-casi-desconocido/